miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿Qué ha cambiado en la UGT-A? Por Miguel Abreu

¿Que ha cambiado en la UGT-A desde la entrada de la secretaria General?

¿Se ha arreglado el problema con el personal despedido? No
¿Se ha arreglado el problema con la administración pública? No
¿Se ha dado una respuesta contundente a la corrupción que limpie el nombre de la UGT? No
¿Se ha mejorado la imagen entre la clase trabajadora y hemos aumentado los resultados en las elecciones sindicales? NO
¿Se ha mejorado algo? Nada de nada

Si seguimos igual, incluso se imputa a las personas que formaron esa ejecutiva de la que la actual es continuación, si tenemos la misma mala imagen entre la ciudadanía, ¿para qué sirvió el cambio? Para nada.

Ni se ha intentado democratizar el sindicato, seguimos en un sistema de cooptación, por el cual las personas se apoyan unas a otras para tener un cargo cada uno, donde la democracia interna es mínima, con facilidad para ser controlada por cargos que luego si se corrompen hunden el nombre de toda la organización.

Me quedan muy pocos ánimos para seguir en la organización, porque no se si las personas que queremos la regeneración podremos hacer algo ante la fuerza que tienen, debido al sistema de funcionamiento, las personas que controlan el sindicato y tratan a la afiliación como menores de edad en vez de como adultos, no dejándonos ni opinar sobre lo que se hace ni elegir directamente a nuestros representantes.

Si no queremos que nos pase como al PP y al PSOE con PODEMOS, no debemos desechar la idea de democratizar el funcionamiento interno, de cambiar los estatutos para que el sindicato vuelva a sentirse por la clase trabajadora como su principal defensa ante la patronal y los abusos del estado de derechas. Que las personas con cargos en el sindicato tengan claro que o regeneran el sindicato aún a costa de sus cargos o por mantenerse en el cargo lo llevarán a la ruina total. 

miércoles, 19 de febrero de 2014

Día tras día

Día tras día nuestro sindicato en los medios, pero no por su lucha sindical, no por su trabajo constante en las empresas para luchar por los derechos, por mejorar la calidad del empleo, si no por lo que las ejecutivas regionales, anteriores y actual, han cometido. Las directivas tratan el sindicato como si fuesen propietarios/as de una empresa, justificando el despido del personal, pero salvando a quienes son amigos/as.

El trabajo de tantas personas en sus centros de trabajo, jugándose su futuro y quitándose horas de su tiempo libre, es el que realmente define al sindicato, toda la estructura del mismo debe estar al servicio de esas personas, para que tengan las mejores herramientas para realizarlo. Así las federaciones se pensaron para que las ayudas fuesen dadas por personas con experiencia en el sector, que seguramente habrían pasado por los mismos problemas, y las uniones para que se coordinase el trabajo y que hubiese representantes del sindicato ante estamentos oficiales, entre otras funciones. 

Sin embargo, ahora mismo el trabajo de los/as representantes de los/as trabajadores/as está siendo perjudicado por la estructura del sindicato, ya que tienen que perder mucho tiempo en explicar las noticias que aparecen, en justificarse ante los ataques de los medios de la derecha, alimentados por las meteduras de pata de personas que tienen más cariño al sillón que al sindicato. Es cierto que en la prensa contraria al sindicato una noticia es amplificada, pero para ello hace falta que haya noticia y si la hay es porque alguien del sindicato ha metido la pata.

Si la noticia es falsa, hay que poner una demanda y sacarlo a la luz, si no lo es, mejor que escusarse en ataques al sindicato, que al fin y al cabo es más dañino que las noticias puesto que damos la impresión de que la noticia es cierta y que todos/as miramos para otro lado, es que dimita quien sea responsable, o que se le eche del sindicato si no lo hace.

martes, 18 de febrero de 2014

La participación de las mujeres en las organizaciones



Hay temas que se intuyen algo tabú en el mundo del feminismo. Cuesta mucho reconocer que la maravillosa “cuota de género”, esa que tanto nos ha hecho avanzar, está siendo utilizada de manera perversa. Cuesta denunciar que hay mujeres que, lejos de aprovechar su llegada al poder para cambiar las cosas, lo hacen para seguir al pie de la letra el mandato patriarcal y así prolongar un modelo que, a estas alturas de la película, ha evidenciado no responder a la principal necesidad de las mujeres: alcanzar la igualdad real y participar en los espacios donde se decide para transformarlos en espacios con un mayor equilibrio, con distintas perspectivas y donde no exista hostilidad hacia ninguno de los dos sexos.

Nos preocupa hace tiempo esta realidad, principalmente en las organizaciones de izquierda, que han sido quienes realmente ha provocado los mayores avances en este país. Nos topamos por casualidad, en la red, con el que, hasta hoy, nos parece el artículo que denuncia de la manera más clara esta realidad. En“Feminismo en los partidos y mujeres excusa”, Beatriz Gimeno describe al detalle y de manera valiente lo que muchas mujeres, que han ocupado cargos de responsabilidad en alguna organización, han vivido y padecido.

Resulta difícil manejarse entre continuas contradicciones como las que se dan en las estructuras de poder, pero lo que de verdad resulta complejo es, darle la vuelta al espejo y mostrar a “los poderosos” la imagen que éste les devuelve. Denunciar en el interno de estas instituciones que las actitudes no se corresponden con el discurso con que muchos se llenan la boca, eso es letal en política.

Tiene todo esto mucho que ver con la crisis que en la actualidad atravesamos, ésta ha evidenciado las contradicciones del sistema, contradicciones que provocan una gran desafección en una ciudadanía muy castigada que exige instituciones más auténticas y transparentes. Para ello además reclaman una mayor participación que sólo será posible tumbando organismos excesivamente verticales y forzando una mayor horizontalidad, acercándolos a las personas.

Y centrándonos en el tema que queremos abordar en este artículo, la discriminación por razón de sexo, ¿resulta lógico, por ejemplo, que una organización sindical de clase, entre sus tareas relacionadas con la igualdad entre géneros, trabaje por la implantación de planes de igualdad en las empresas? ¿Es loable el trabajo que se hace en el seno de la negociación colectiva por romper el techo de cristal, la segregación ocupacional, la brecha salarial, el acoso sexual, etc.? Lo es y mucho.

Pero no tiene ningún sentido, ni resulta lógico o ponderable que, cuando observamos y analizamos estas estructuras sindicales, nos encontremos con una realidad como la denunciada en el artículo “Los sindicatos mayoritarios suspenden en materia de igualdad” publicado el pasado 23 de agosto de 2013 en eldiario.es.

Es una realidad que en el seno de gran parte de las organizaciones e instituciones actuales, sigue existiendo sexismo. La segregación horizontal es muy visible, las mujeres son aglutinadas en responsabilidades donde el ejercicio del poder es escaso (lejos de las cuentas y del poder organizativo), por lo general suelen atender espacios más relacionados con lo “social”. Por otro lado y, lo que de verdad es más que visible, podríamos decir pornográficamente visible, es la segregación vertical o el más conocido techo de cristal. Los líderes son masculinos. El patriarcado político-sindical-institucional se resiste con uñas y dientes no sólo a abandonar el poder, también al simple hecho de compartirlo.

Y aquí entra la contradicción. ¿Qué hacen nuestros líderes cuando han hecho suyos –al menos estéticamente- mensajes del movimiento feminista, reiterando una y otra vez las proclamas de la lucha de tantas mujeres en sus discursos?  ¿Qué hacen cuando, tras ser aceptadas por la opinión pública tan razonables reivindicaciones empiezan a sentir que éstas se acercan peligrosamente y les toca a ellos rendir cuentas? ¿Qué hacen cuando tocan los hechos y no las palabras? Porque está claro que un político o un dirigente “de pura cepa” no puede permitirse entrar en contradicción y quedar en evidencia.  Nada mejor entonces, que echar mano del ingenio y nada tan recurrente como una chistera. Y voilà, como por arte de magia aparece la “mujer excusa”.

Es así como, “el macho dominante” (que diría Felix Rodríguez De La Fuente) vuelve a la carga, urde una nueva y salvaje estrategia para seguir aferrándose a ese suculento espacio llamado “poder” y salva “los obstáculos de la civilización”.
Pelear dentro de cualquier estructura de poder por el espacio que debieran ocupar las mujeres, y que aún no ocupan es una batalla campal, algo verdaderamente agotador. Pero a la vez enriquecedor, cuando se participa directamente en este tipo de espacios se terminan haciendo algunas reflexiones y observaciones que identifican perfectamente estas conductas machistas. Que las sindicalistas pudieran ponerlas en común con otras mujeres que pasan por lo mismo en otros espacios y con hombres cuya tolerancia hacia la desigualdad es cero, debería ser el principio de la solución.

Algunas de las pistas que delatan estos comportamientos son, por ejemplo, la alta rotación de las mujeres en los puestos de dirección, independientemente de la responsabilidad que se tenga. Salvo excepciones, ninguna mujer se consolida como una gran lideresa, aunque sea en “su negociado”. Es decir, la cuota se cubre pero sustituyendo unas mujeres por otras, como si de un kleenex se tratasen, con el único objetivo de que no consoliden, para así no tener que compartir espacio. Son pocas las mujeres que podemos recordar en primera línea de la política, del sindicalismo o de la propia historia de nuestro país, mientras muchos son los incuestionables y empoderados “barones”. Ésta es una de las formas más claras de pervertir la cuota, pues se mantienen los porcentajes numéricos de ésta, pero la impronta de la mujer, la forma distinta de analizar y gestionar nunca llega a consolidarse porque no se les permite ni siquiera llegar a conocer con una mínima profundidad el terreno de juego.

Por otro lado existen mujeres que sí permanecen. Si observamos estos casos, en muchos de ellos se trata de mujeres que jamás cuestionan al líder o alguna de sus decisiones. Saben que les va la vida en ello, al menos la vida política. Terminan siendo sumisas con ellos e implacables con las insumisas. Algunas llegan a desempeñar vergonzantes papeles prestándose incluso a ser títeres del verdadero poderoso que se esconde detrás del escenario. Por no ahondar en ejemplos de mujeres que llegan a reproducir en política, ese “rol de cuidadoras” que durante tanto tiempo se les ha asignado en el espacio privado. Llega a ser lamentable el papel obstaculizador que algunas mujeres llegan a desempeñar bajo una “pose” feminista.

Son muy pocas, las mujeres que a lo largo de la historia han llegado a puestos de relevancia politico-social desde su independencia, su diferencia de opinión o su autonomía. La clave está en que son ellos y sólo ellos quienes deciden a quien “poner”. Siguen escogiendo ellos, la mayoría de las veces a otro de varón, en contadas ocasiones, eligen a una mujer. Por lo general lo hacen cuando las circunstancias ya los condicionan y se ven forzados, entonces, tiran de la “mujer excusa”, siguen manejando los hilos ellos mismos sólo que bajo la estética de una mujer.

Ciertamente hemos conseguido que más mujeres lleguen, pero si las que llegan lo hacen sin reconocer el trabajo que muchas otras hacen, sufriendo represalias continuas, para que precisamente ellas estén ahí, entonces hemos hecho, como se suele decir, “un pan como una hostia”.

Así que, una vez diagnosticados los problemas es necesario poner en marcha medidas que permitan corregir estas desviaciones que, aunque son sutiles en su estrategia, también son letales para el objetivo real, la igualdad verdadera.

Igual la idea de partidos políticos o sindicatos de mujeres no sería buena pues podría de alguna forma evitar la convivencia, compartir espacios y además podría terminar generando aislamiento o mundos paralelos. Pensamos que se deben seguir peleando los derechos en el mismo espacio aunque, por el momento sea en situación de desventaja.

Quizás la cuota debería dar un paso más allá y pasar de ser sólo “cuantitativa” a ser también “cualitativa”. Debe existir una mayor sensibilidad hacia las desigualdades que padecen las mujeres en estos órganos, para ello la formación en igualdad en el seno de los partidos y sindicatos es imprescindible. Deben incorporarse a la dirección hombres y mujeres que verdaderamente crean en la igualdad entre sexos y en la ideología feminista. La teoría feminista, por mucho que se intente denostar, ha conseguido logros muy transcendentales a lo largo de la historia y las organizaciones de izquierdas no podemos permitirnos el lujo de dejarla de lado mientras pretendemos abanderar la igualdad de clases o la defensa de las personas con mayores dificultades. A eso se le llama cinismo.

“Que la mujer trabaje para ganarse la vida, o hasta para redimir su dignidad, bien; pero que la mujer trabajando pretenda elevarse intelectualmente tanto como el hombre, esto es lo que muy pocos todavía entienden por aquí”.

Margarita Nelken.

“La condición social de la mujer en España”, 1919.

lunes, 3 de febrero de 2014

Más despidos en la UGT-A mientras UGT estatal declara "beneficios" ¡Intolerable!

Primero aclarar que no hay beneficios en las asociaciones o sindicatos, ya que lo que sobra de las cuentas un año tiene que ser gastado al año siguiente, los beneficios son de las empresas y o se reparten entre quien tenga la propiedad de la misma o se gastan como esas personas decidan. La UGT confederal puede destinar parte de ese dinero a cubrir este año gastos de personal de las regiones para que no haya despidos.

Una vez hecha la aclaración, es de vergüenza que se produzca un sólo despido por causas económicas en una región donde se ha pasado de un patrimonio de 2.526,98 metros cuadrados en 1998 a uno de 21.210,11 en 2013, contando además con 43.129,04 de patrimonio sindical acumulado, es decir, del reparto de las antiguas propiedades del sindicato vertical. (fuente informe de la FUDEPA que puedes leer pinchando aquí). Si hacemos un cálculo aproximado con el precio medio 1.572 € por metro cuadrado (información aparecida en Europapress, aunque en otros medios es distinta, he cogido esta porque es intermedia) de la vivienda en Andalucía en 2013 tendríamos un patrimonio propio de 33.342.292,92 €. Todo con datos propios de la unión regional y sin contar, como hemos dicho, con el patrimonio sindical acumulado.

Si además añadimos que según se desprende de los datos aportados en los juicios por despido hay un superhabit de 800.000 € en las cuentas anuales llegamos a la conclusión de que quienes dirigen nuestro sindicato en la unión regional deben haber olvidado lo que significa ser sindicalista

Y si ya vemos que mientras se despide a personal de la casa hay "líderes" sindicales con 400 euros fijos de colaboración sindical, más 500 fijos por "dietas" y "kilometrajes" (mientras además pasan la factura de gasolina y la del menú del día), con casa gratis. Una cosa es que no le cueste dinero a alguien la actividad sindical, lo que creemos más que correcto, y otra aprovecharse de la actividad para tener ingresos mayores, camuflados además. En tiempos de bonanza es lógico que se colabore con la actividad sindical, de manera que un miembro de la ejecutiva pueda invitar después de una reunión con delegados/as a tomar algo, pero si se tiene que despedir esa invitación está de más, primero van las personas.

Por tanto pedimos a la actual ejecutiva que readmita a todos/as los/as despedidos/as, que antes de reducir los gastos en personal reduzca de todo lo que no sean gastos justificados que se den a los miembros de cualquier ejecutiva de las distintas uniones y federaciones provinciales y regionales, además de vender patrimonio que no sea de uso en la actividad sindical, entendiendo que una vivienda es necesaria para los casos de compañeros/as de otras provincias que formen parte de ejecutiva regional, pero reduciendo este gasto en lo posible.

sábado, 1 de febrero de 2014

Pasos en la buena dirección en UGT Cádiz.

Este pasado jueves se eligió una nueva Comisión Ejecutiva de UGT Cádiz en la que la regeneración sí ha podido empezar a manifestarse como un hecho veraz, dado que voces críticas dentro de la organización se han incluido en el equipo formado. Al contrario que en Andalucía, en la unión provincial el secretario general y la ejecutiva han llegado del consenso entre las federaciones, contando con personas de las dos listas de anteriores congresos.

El nuevo Secretario General, Francisco Andreu, procedente de la Federación de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego, puede abrir una etapa en la que "los pequeños" de la organización sean tenidos en cuenta de forma real. El papel de las federaciones fuertes de la UGT no puede tapar a federaciones con menos representación, como tantas veces hemos comentado, y Cádiz puede abanderar esta "revolución de los pequeños", que deseamos que se extrapole al resto del territorio.

Los jóvenes también tienen su espacio en la nueva Comisión Ejecutiva de UGT Cádiz. La designación de miembros procedentes de Surgente es otro importante paso a tener en cuenta, pero que no olvidemos que debe venir acompañado de la inclusión de reformas que permitan que esos dos tercios de jóvenes andaluces que se encuentran en paro, así como aquellos que su situación laboral es precaria por completo, puedan tener iniciativa, capacidad, representación y decisión en la organización.

La autocrítica constructiva debe seguir marcando propuestas que permitan recuperar la confianza social en la UGT Andalucía, que en la situación social en la que nos encontramos es más necesaria que nunca. Además, queda demostrado que la movilización de conciencias surte efecto en esta organización. Esperamos que se sigan dando pasos en este largo recorrido que UGT deberá afrontar para recuperarse del desapego al que le han llevado los errores cometidos, junto, por supuesto, el ataque continuo de los medios de la caverna, cuya única misión es destruir el último muro de contención que existe a la protección social de la clase trabajadora.

Nuestro apoyo a los compañeros y las compañeras de la ejecutiva, que esperamos puedan ejercer su labor y llevar en sus secretarías correspondientes las ideas que han defendido en estos últimos años. Contarán con nuestro trabajo desde las bases, al igual que esperamos que de la mayoría de la afiliación.